RECOMENDACIONES ALIMENTARIAS DURANTE CUARENTENA

Recordamos que ningún tipo de dieta,  ni el consumo de ningún tipo de alimento concreto,  sirve para prevenir la infección del Covid-19. Lo único que podemos hacer, es quedarnos en casa. 

El  Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas – Nutricionistas (CGCODN) y la Academia Española de Nutrición y Dietética (La Academia) han publicado conjuntamente, un documento con un total de 7 recomendaciones alimentarias básicas. Estas recomendaciones sirven para toda la población y en particular, a los pacientes infectados por coronavirus-19 con sintomatología leve, en domicilio.

Vamos a repasar las recomendaciones y vamos a aportar un extra informativo a cada punto.

1- Correcta hidratación

La hidratación debe ser de preferiblemente de agua, podemos tomas infusiones, tes, etc. Debemos intentar tomar 1,8 litros de agua por día, indiferentemente si tenemos sensación de sed o no. Y sobre todo, las personas mayores con problemas de deglución, pueden tomar gelatinas, pero eso sí, sin azúcar añadido.

Las gelatinas son ricas en agua, puedes ser más apetecibles de consumir que el propio liquido, su contenido en proteína es de mala calidad (no la vamos a calificar como alimento proteico) pero si que es cierto, que se recomiendan para personas que tiene problemas de deglución. Una situación frecuente en personas mayores.

2- Consumo de productos integrales y legumbres.

Se recomienda el consumo de cereales integrales de grano entero por su alto contenido en fibra y por su riqueza nutricional.  Tanto los productos integrales como las legumbres, son las opciones más saludables para aportar los hidratos de carbono que podemos consumir a diario.

3- Consumo de vegetales diarios; 5 al día.

Todos recordamos el popular «logo» de la  mano abierta de 5 al día. En el consumo de cinco raciones, se incluye 3 piezas de fruta y 2 de hortalizas.

4- Consumo moderado de proteína de origen animal.

Debemos escoger siempre carnes poco grasas, consideradas carnes blancas. Su consumo semanal puede llegar a ser de 3-4 veces a la semana, pero el consumo de carne roja, debe ser de una vez a la semana.

En cuanto al consumo de pescado, lo ideal es combinar pescado blanco con azul, y el consumo semanal puede llegar a ser de 2-3 raciones, según preferencia de la persona.

Sobre el consumo de huevos, se marca un consumo de 3-4 unidades.

Las recomendaciones pautadas siempre son en función a una marco global. Si la persona no consume proteína animal, debería tomar suplementación de vitamina B12 y aportar a su organismo, un consumo de proteína correcto y optimo.

Es importante, recordar que la proteína debe ser siempre de calidad. Es decir, vamos a elminar productos procesados y/o ultraprocesados de origen animal y vegetal.

5- Consumo de frutos secos, semillas y aceite de oliva.

El consumo frecuente de estos alimentos tienen una relación directa con la prevención de enfermedades cardiovasculares.

Los frutos secos no siempre se consumen de manera correcta, en muchas ocasiones el consumo es excesivo (no por más será más saludable) y en otras situaciones, los frutos secos se consumen con un alto contenido en sal o  azúcar.

Lo ideal, será consumir un total de 20gramos de frutos secos y la opción más saludable siempre será tostado, debido a que mantenemos su contenido en vitamina E y no alteramos la cadena de grasas con las altas temperaturas.

6- Productos lácteos.

En las recomendaciones de La Académia y del CGCODN, se recomiendan lácteos preferentemente bajos en grasa, debido a que hablamos de recomendaciones genericas. Para mi, la mejor opción son productos naturales sin azúcares añadidos, pero que le vamos a hacer.

Lo importante es que los lácteos a consumir sean sin azucares añadidos. Esto quiere indicar que no sean: con sabores, con trozos de cereales, con virutas de chocolate, etc…

7- Evitar alimentos precocinados.

Son alimentos de mala calidad y con un aporte energético muy elevado. Debemos analizar la situación, no podemos movernos de casa, no podemos hacer ejercicio fuera, por lo que nuestras necesidades energéticas no son las mismas que dentro de nuestra rutina habitual diaria.

Por lo tanto, estas conductas sedentarias que estamos viviendo durante el confinamiento y una dieta insana podría aumentar el riesgo de padecer enfermedades crónicas.

 

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