Entendemos como edulcorante, a una sustancia natural o artificial que se añade a un alimento para potenciar y ofrecerle un sabor dulce.
Estas sustancias endulzantes, pueden ser nutritivas (aportan calorías), como es el caso de la fructosa o bien, no nutritivas (no aportan calorías) como es el caso de la sacarina.
Cualquier alimento o producto que se comercialice debe ser estudiado y analizado por varios organismos que certifican que el consumo adecuado no provoca efectos secundarios para la salud. Organismos que realizan estas funciones son la FDA y la EFSA.
Durante muchos años la sacarina se ha relacionado directamente con un elevado riesgo de padecer cáncer. Es más, hasta el año 2000 aún se clasificaba como un producto cancerígeno.
Esto situación es debida a que los primeros estudios realizados por la FSA, determinaron que una ingesta diaria excesiva de sacarina provocaba cáncer de vejiga en ratones.
A pesar de demostrar que estos efectos no podrían suceder a los humanos, la sacarina se etiquetó como sustancia cancerígena, pero aún así no se prohíbo su comercialización, tan solo se indicaba su presencia con una mención especial o bien, en el apartado de composición nutricional mediante las siglas E-954.
Hasta el momento se realizan estudios para llevar un seguimiento sobre este edulcorante. Así pues, podemos afirmar que no hay evidencia científica que demuestre que la sacarina produce cáncer en humanos.
Es bueno saberlo, aunque si lo produce en los ratones, es factible que los humanos estemos en peligro, sería cuestión de poner cuidado con que endulzamos .
Hola Andrea,
Realmente eso es lo que dicen los estudios, pero como siempre, es mejor no abusar de nada.
eso es lo que no como
Gracias por tu aportación Juan!