Aunque la temporada más intensa de calor ya ha pasado, vamos a resaltar unas recomendaciones para prevenir una lesión térmica en los últimos días de verano.
Estas pautas son útiles para deportistas profesionales y también para aquellos deportistas esporádicos que tengan ganas de hacer ejercicio en horas de calor extremo.
– Es importante no realizar ejercicio si el atleta ha padecido fiebre en los últimos días.
– Analizar la temperatura y la humedad del lugar donde se quiere realizar el ejercicio físico. En el caso que las condiciones ambientales sean muy calurosas, se puede adelantar para primeras horas de la mañana o retrasar para últimas de la tarde.
– Si la temperatura es elevada se recomienda acortar la duración de la practica física o bien, disminuir la intensidad de esta.
– Realizar el ejercicio a la sombra. En el caso que no sea posible, utilizar crema solar para prevenir daños en la piel y sombrero para que el impacto solar sobre la cabeza no sea tan directo.
– La ropa que se utiliza para el ejercicio, debe ser cómoda, porosa (para una mejor evaporación del sudor) y que no se ajuste mucho a la piel, porque así, habrá una mayor circulación sanguínea y de aire.
– En la actividad física la sed no es un mecanismo muy fiable para conocer cuando nos debemos hidratar. Por lo que se recomienda beber cada 15 minutos.
– Se debe consumir entre 0,5 – 1 litro de agua la hora antes del inicio del ejercicio.
– Es importante la recuperación de electrólitos perdidos durante una práctica física. Para ello se recomienda un aporte extra de sal (cloruro sodio) y de potasio, cuando se come. O bien, ingerirlos durante la competición mediante agua con sal y un alimento sólido, como por ejemplo un plátano.
– Cuando el entrenamiento o competición tiene lugar en el aire libre, se debe planear un circuito por el cual haya fuentes con agua potable, o comercios donde poder comprar agua siempre y cuando el atleta no lleve consigo botellitas de agua.
– Un atleta suda antes que una persona que no entrene con regularidad, por lo que pierde más peso por la mayor cantidad de agua excretada. El objetivo de esta excreción es reducir la temperatura corporal.
– Antes de iniciar un ejercicio no se debe ingerir alimentos con alta cantidad de proteínas, porque su metabolización provoca una gran cantidad de calor el cual puede provocar un estrés metabólico y facilita el golpe de calor.
– No consumir alimentos ni bebidas diuréticas que provocan una mayor pérdida de líquidos mediante la orina. Algunos productos diuréticos son: el café, alcohol.
– En el momento que detectamos signos y síntomas que nos indican el inicio de un golpe de calor, como por ejemplo: mareo, desorientación, náuseas, cefalea, fatiga, etc. el atleta debe dejar la actividad y aproximarse a una sombra y refrescarse con agua fría.
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