¿Sabemos lo que comemos?

En las ultimas semanas he encontrado varios artículos, vídeos manifestando un sentimiento de engaño a la vez de  estafa por creer que determinado alimento no es tan saludable como se puede pensar.

En la mayoría de las veces la industria modifica o altera los alimentos con en fin de hacerlos mucho más rentables y poder ganar una mayor cantidad económica, como sucede con la carne.

 Un ejemplo claro es el pollo, estos animales son sometidos a un engorde constante y con piensos alterados para que engorden mucho más y así, el tiempo de crecimiento es menor, por lo que se ahorran alimentar durante más tiempo a todos los animales, a la vez, que consiguen mayores ganancias porque el tamaño de los pollos no adultos,  es mayor que los pollos adultos de décadas anteriores.

Otro ejemplo  son las patatas fritas de un reconocido restaurante de hamburguesas. Bueno, podríamos decir que hasta la fecha todo el mundo ha podido pensar que unas patatas fritas, contienen; patatas (como es lógico), aceite (imaginando que sería de girasol) y sal. Pero no siempre es así. 

Hace pocas semanas, el restaurante ha querido hacer un acto de «generosidad» y ha publicado todos los ingredientes de sus platos. En el caso de las patatas, indican que contienen:

  • aceite de canóla
  • aceite de soja
  • ácido cítrico
  • aceite de cartamao
  • dextrosa
  • ácido sodio pirofosfato
  • dimetilpolisiloxano
  • sabor natural (me parece ridículo)
  •  TBHQ  (aceite de soja hidrogenado con terc-butil-hidroquinona)
  • diferentes aceites para freír

Así que, ahora que sabemos todos los ingredientes de estas patatas, podemos seguir llevando a nuestros más pequeños a comer unas deliciosas patatas…

Ya que, ¿quién no añade una pizca de TBHQ a las patatas para darle un sabor más rico?

Total, este derivado del petroleo solo se ha relacionado con enfermedades como el asma, trastornos hormonales, enfermedades en la piel y los estudios elaborados con animales, los relacionan con cáncer.

Para terminar con este artículo tan natural, no puedo olvidarme de un vídeo que se ha publicado en varias redes sociales en el cual, un consumidor de manzanas, manifiesta su preocupación y queja por unas «naturales» manzanas.

Casualmente, empezó a rascar con el cuchillo las pieles de las manzanas y sacaba de ellas, un producto químico de aspecto blanco. 

Aunque parezca una tontería unas simples manzanas,  las cuales recomendamos consumir con su piel porque es dónde se concentra el contenido en fibra, están alteradas químicamente.

Seguramente, esa película que rodea toda la manzana sea la cera que le pintan a todas las frutas para que nos llamen la atención y las compremos, una vez más, gracias al poder de la industria alimentaria que nos atrae sutilmente para comprar más y más.

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