Una correcta nutrición es esencial para que nuestro organismo trabaje adecuadamente y en muchas ocasiones, no ayuda a evitar diferentes patologías.
En los últimos años, la alimentación de un gran porcentaje de ciudadanos se ve ha visto obligada variar por la crisis. Los cambios más característicos han sido la disminución de alimentos como:
- carne roja, como ternera
- pescado fresco
- verdura fresca
- fruta fresca
- fruta de otra temporada
- frutos secos
- aceite de oliva
Todos estos alimentos son básicos, fundamentales para nuestro ser, pero también es cierto que su coste es más elevado que otros alimentos, y por ello, la población ha dejado de consumirlos o ha disminuido su consumo.
Un estudio publicado esta misma semana el cual se ha hecho referencia en el Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares que se celebró la semana pasada en Valencia, se afirmó que la crisis es un factor de riesgo cardiovascular.
¿Por qué la crisis es un factor de riesgo cardiovascular?
Porque debido al gran coste que tienen la carne o el pescado, cada vez se consumen más alimentos cárnicos procesados, como hamburguesas, longanizas, salchichas, embutido, etc. Y en la mayoría de los casos, estos alimentos se elaboran a partir de carne con un elevado contenido en grasas.
Otro ejemplo seria el consumo habitual de embutidos, que tienen mucha grasa. O la disminución en el consumo de frutos secos, pescado azul y de aceite de oliva que son protectores cardiovasculares.
En Grecia, ha habido una mayor incidencia de infarto durante los años de crisis, 2008-2012, en comparación al 2003-2007. En total se ha habido un incremento del 44%.
En el caso de no poder consumir carne o pescado con la frecuencia adecuada, se recomienda consumir huevos por ejemplo, Porque aportan una gran variedad de aminoácidos, por lo que se le clasifica como una proteína de alto valor biológico. Y otro alimento a consumir son las legumbres, las cuales también tienen un precio asequible y su combinación con arroz, forma proteínas muy completa.
