Causas de la obesidad infantil

La obesidad infantil es un tema complejo y preocupante, que debemos abordar  de manera inmediata. Un elevadisimo % de la población infantil y juvenil sufre problemas de sobrepeso u obesidad. Se estima que hay unos 43 millones de menores de cinco años,  obesos o con sobrepeso.

En muchas ocasiones, los padres, abuelos o tíos que se encargan de los menores, no son conscientes de la mala alimentación que realizan los pequeños de la casa, simplemente porque su alimentación también es desequilibrada. Por ello, vamos a indicar los errores más habituales que se llevan a cabo día tras día en el entorno alimenticio de los menores:

1. Consumir demasiadas calorías, la mayoría procedentes de grasas saturadas.

El consumo diario de bollería, dulces, snacks, embutidos, etc. ocasiona un elevado consumo de calorías vacías, esto quiere decir, que se consumen alimentos de bajo valor nutricional pero de elevada concentración calórica. Y lo que es peor, estos alimentos  que suelen contener nutrientes que en exceso pueden ser perjudiciales; como por ejemplo el consumo en exceso de grasa saturada que se conoce con  aumenta los niveles de colesterol.

2. Consumo excesivo de proteínas de origen animal, carnes grasas y embutidos.

La alimentación de la población suele ser excesivamente rica en proteínas, y en el caso de los niños no es una excepción. Pero durante la infancia, se suelen consumir con mayor frecuencia derivados cárnicos, sucedáneos de pescado o similares porque son alimentos más aceptados. 

3. Excesiva ingesta de alimentos muy energéticos y de azúcares simples.

De nuevo, se suelen ofrecer en el desayuno o entre horas,  alimentos que sabemos que gustan a los niños simplemente porque los consumen con mayor facilidad, es más cómodo porque no hay que hacerlo o porque no hay discusiones con los más pequeños. Pero estos alimentos, como pueden ser: galletas, dulces, bollería industrial o cereales enriquecidos con chocolate, son alimentos muy calóricos  y con excesiva cantidad de azúcar. 

4. Consumo alto de alimentos manufacturados, comida rápida o bollería.

Este gran error se le podría atribuir más responsabilidad a los adultos que a los propios niños, ya que las cocciones o preparaciones culinarias dependen del tiempo para cocinar y la práctica culinaria. Por lo que los pequeños de la casa son realmente quienes sufren las consecuencias de comprar comida preparada.

5. Tomar demasiada sal.

Los estudios indican que el 80% de la sal que ingerimos, se consume de manera inconsciente e involuntaria, ya que es la sal que contienen alimentos, sobre todo aquellos que están precocinados, congelados o en conserva.

 
6. Pocos cereales integrales, frutas, verduras, legumbres, pescados y lácteos bajos en grasas.

La alimentación que realicen los niños, es la alimentación que mantendrán en un futuro. Además, los hábitos se adquieren durante la infancia. Si los mayores no realizan una alimentación variada y equilibrada, no podemos esperar que nuestros hijos la realicen gracias a nuestro ejemplo.

7. Deficiente aporte de fibra, calcio, vitamina D, hierro, selenio, zinc.

Sin una nutrición variada y equilibrada, es difícil llegar a cubrir las necesidades en vitaminas y minerales que necesitamos cada día. Por ello, es importante consumir alimentos de temporada, 2 raciones de verdura al día, 3 raciones de fruta al día e intentar consumir una amplia variedad de alimentos fuente de fibra. 

8. Beber poca agua frente a un alto consumo de bebidas azucaradas.

A pesar de parecer que los refrescos son los únicos responsables de esta situación, no es así. Los zumos y ahora también las bebidas energéticas son también causantes de una excesiva ingesta de azúcar y por lo tanto, de calorías.

9. Desayuno insuficiente.

Falta de tiempo, falta de costumbre, falta de educación. Un elevado porcentaje de niños españoles no desayuna en casa antes de salir a la calle. Debemos tener en cuenta que el ayuno prolongado se relaciona con una mayor riesgo a padecer sobrepeso/obesidad.

10. Tamaño excesivo de las raciones.

La industria ha evolucionado hacía un camino de excesos. Cada vez las raciones tanto en restaurantes como en supermercados suelen ser más grandes, por lo que tenemos la tendencia a comer mayor cantidad, situación que también afecta a los menores. A ello, hay que sumarle el desconocimiento de los padres al desconocer el tamaño de las porciones que necesitan sus hijos según la edad. 

Todos y cada uno de estos factores, favorecen el sobrepeso y la obesidad infantil. No podemos olvidarnos que, todos estos niños obesos tienen más probabilidades de desarrollar una serie de problemas de salud en la edad adulta, como por ejemplo;  cardiopatías, resistencia a la insulina, trastornos osteomusculares, algunos tipos de cáncer y discapacidad.  Por lo que es sumamente importante,  educarlos para que coman adecuadamente. 

Cristina Sánchez

Dietista-Reus

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