Las dietas que no hay que hacer tras los excesos navideños.

Las copiosas comidas navideñas dejan un poso medio de entre dos y tres kilos en el cuerpo de los españoles.

Terminadas las fiestas, es tiempo de propósitos de enmienda y cambio de hábitos, de fiebre por la salud, por cuidar un organismo abandonado a su suerte por los compromisos del calendario. Crece entonces el interés por las dietas aunque, ni todas son recomendables ni todo el mundo hace un uso responsable de sus indicaciones.

La moda pasa por las dietas proteicas, que «te lo ponen todo muy fácil» gracias a la variedad de compuestos y productos preparados y su venta en todo tipo de establecimientos comerciales, de farmacias a supermercados, pasando por herboristerías. Lo dice Carolina Girbés, licenciada en Farmacia y empleada en un comercio dietético de Valencia. Entre las proteicas encontramos la popular dieta Dukan, que puede seguirse con alimentos que encontramos en cualquier cesta de la compra. 

Pasta de champiñones, tortilla de queso, sufflé de pescado, crema de pollo, sopa fría de tomate, fusili, cacao para el desayuno, barritas energéticas para picar entre horas y hasta una mousse de chocolate de postre. El menú es variado, viene envasado con llamativos diseños que hacen de estos compuestos preparados platos apetecibles y está al alcance de cualquiera que decida autogestionar su dieta.

He aquí el problema, según la farmacéutica, que el abuso de este tipo de comida o no consultar los complementos necesarios con un nutricionista puede tener efectos secundarios para la persona. Se puede perder mucho peso en poco tiempo, el santo cáliz de una sociedad obsesionada con la imagen, pero órganos vitales como el hígado o el riñón, así como los huesos, pueden sufrir las carencias de limitar una alimentación saludable.

El cuerpo, que es sabio y funciona de forma mecánica, va a buscar el azúcar que le falta en las reservas energéticas, el hígado va a trabajar en exceso para metabolizar, el riñón también sufre para expulsar las sustancias de desecho y hasta los huesos padecen la falta de vitaminas y minerales. Eso sí, se pierde peso.

Girbés alerta del efecto yo-yo de este tipo de dietas. Si se pierden diez kilos y a continuación se abandona el sacrificio, la «memoria» del organismo hará que se vaya atiborrando de hidratos de carbono para tener reserva en futuros tiempos de abstinencia y «engordarás más de lo que has adelgazado». La clave está en «introducir lentamente estos hidratos, preferiblemente por las mañanas, que es cuando mejor se queman».

Otro de los problemas es el estreñimiento que causan este tipo de dietas, lo que debe prevenirse con un salvado de avena y un depurativo del hígado antes de enfrentarse al ‘ayuno’ selectivo de determinados alimentos. En todo caso, el consejo de un profesional es la mejor receta para que cualquier dieta no se convierta en un enemigo para el organismo.

La Dukan, como referente de las proteicas, es la nueva sensación superado el tiempo de las dietas disociadas, en las que se instaba a separar alimentos y combinar sólo algunos de ellos. Carolina Girbés no cree que el fenómeno Dukan sea una estafa, se trata de «un libro muy bien explicado, pero le falta recomendar la asistencia de profesionales».

El autor «hace muchas restricciones y hay que tener cuidado», quizás son «excesivos tantos días de proteína pura», teniendo en cuenta además que todos los cuerpos no metabolizan de la misma forma. Falta la información de posibles efectos secundarios, aunque «si la hubiera incluido seguramente no estaría ganando tanto dinero».

Enlace de la notícia:

http://www.elmundo.es/elmundo/2012/01/20/valencia/1327060262.html?cid=GNEW970103

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