La paradoja andaluza en la dieta mediterránea

La dieta mediterránea se sigue dejando de lado en nuestro país, tanto que otros países de la comunidad europea, representan mejor a nuestro famoso habito alimenticio.

Es curioso pero según los datos que arrojó este lunes el presidente de la Fundación Española de la Nutrición (FEN) Gregorio Varela, hoy en Andalucía se consume la mitad de aceite de oliva que hace 50 años, 270 gramos de pan menos y el vino ha desaparecido prácticamente de las comidas.

Las legumbres, frutas y hortalizas, que son la base de la comida mediterránea, han pasado a un segundo plano en las despensas andaluzas y, como consecuencia de ello, la salud de los habitantes del sur de España se resiente. «Si queremos practicar dieta mediterránea será más fácil en Dinamarca o Finlandia que en la propia Andalucía o el levante español», explicó el experto.

Varela estuvo presente en la primera jornada del curso ‘Alimentación saludable: desafíos actuales’ y desarrolló varias líneas argumentales que demuestran el retroceso en la calidad de la dieta andaluza. «Se ha producido un aumento en la calidad de vida, pero cuando se tiene más dinero en el bolsillo la gente no tiende a comer más verdura, pan o garbanzos; se tiende a comer más proteínas, más carne y alimentos ricos en grasa y azúcar», manifestó y añadió que «a nivel europeo, los cambios producidos en los hábitos alimenticios en España se están estudiando como los más rápidos y los más drásticos».

Según el ponente, «el estilo de vida andaluz era muy atractivo y se ha convertido en uno de los más sedentarios de Europa», algo que se une a un par de tópicos que manifiestan que la comida mediterránea es cara y que no queda tiempo suficiente en la vida moderna para poder dedicarlo a cocinar y poder plasmar un menú sano con alimentos de la dieta mediterránea.

«En ocasiones tratamos de escudarnos en que no hay tiempo, pero hay que ser alternativos: existen conservas de legumbres o salsas de tomate, por ejemplo. En el FEN tratamos de darle alternativas a la gente para que en cinco minutos pueda practicar la dieta mediterránea y, por supuesto, la vida activa que es fundamental», destacó.

Obesidad

El abandono de las comidas tradicionales ha repercutido en datos tan alarmantes como que «cuando se estudian las tasas de sobrepeso y obesidad, Canarias tiene la mayor tasa de obesidad, luego Andalucía y Murcia», lugares que supuestamente son la bandera de la cocina mediterránea y que están sufriendo actualmente muchos problemas de salud relacionados con los malos hábitos alimenticios y arroja estadísticas como que «la tasa de obesidad ha aumentado considerablemente en los últimos 15 años«.

Pero si hay factores como el poder adquisitivo que repercuten en la manera de alimentarnos, la percepción de la gente también es algo a tener en cuenta. Según el ponente, la población tiene la idea de que la «dieta mediterránea es cara», algo que se une a los factores de compra de la población: «Elegimos nuestros alimentos por la relación tamaño precio, más por menos. En segundo lugar, por la duración, que no tengamos que ir a diario a por la compra; en tercer lugar, por la facilidad de preparación; y en último lugar, por el factor salud».

Sin embargo, la crisis ha repercutido en el aumento de consumo e importación de legumbres, algo importante pero insuficiente ante la preponderancia en la dieta de alimentos precocinados o el hecho de que la población más joven no consuma prácticamente pescado. Factores que tampoco ayudan en la reimplantación de la dieta mediterránea, un tesoro nutricional en decadencia dentro de los lugares que la inventaron.

Enlace de la notícia:

http://www.elmundo.es/elmundo/2011/07/11/andalucia_malaga/1310407591.html

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