Por el contrario a engordanos, su efecto saciante nos ayuda a no ingerir otros alimentos más perjudiciales. Un consumo moderado y diario reporta múltiples beneficios para nuestra salud.

Joan Sabaté, catedrático de Nutrición de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Loma Linda (California) asegura que  los aceites masticables que contienen los frutos secos se combinan con la fibra y el cuerpo elimina un alto porcentaje de la grasa sin que esta llegue a la sangre. Desmitifica así la idea de que los frutos secos engordan.

El estudio revela que las nueces son el fruto seco que mejor se complementa con la dieta mediterránea. Sugiere que deberíamos comer al día 30 gramos de este producto para reducir -hasta en un 50%- el riesgo de sufrir un infarto de miocardio o de morir de una cardiopatía isquémica.

La mayoría de las investigaciones señalan además que comer un puñado al día nos ayuda a reducir el colesterol malo y los triglicéridos. Mientras que el colesterol bueno no sufre alteraciones de ningún tipo.

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