Los productos con fecha de consumo preferente pueden consumirse después sin riesgo para la salud.
El yogur ya no caduca, tiene fecha de consumo preferente. La decisión del Gobierno ha causado cierto revuelo entre los consumidores, que no entienden por qué antes sí caducaba y ahora no, o si realmente es seguro comerlo después de la fecha de consumo preferente.
«La decisión no es arbitraria, tiene base científica y no debe alarmar en absoluto. El yogur es un alimento muy ácido, y esa acidez que hace que la leche cuaje, es incompatible con la supervivencia de cualquier microbio patógeno que pueda causar gastroenteritis», asegura a ABC el doctor Alfonso Carrascosa, científico del CSIC y experto en seguridad alimentaria. «Lo que se ha concluido, en base a los indicios científicos existentes y a la legislación de otros países vecinos, es que el yogur no caduca, siempre que no se abra el envase y se mantenga la cadena de frío», apunta el experto.
Pero, ¿qué implica este cambio? Lo primero es saber distinguir entre fecha de consumo preferente y fecha de caducidad. «Cuando un producto caduca quiere decir que a partir de esa momento los fabricantes no pueden garantizar la seguridad de los alimentos, mientras que el consumo preferente indica que a partir de la fecha, puede haber un deterioro sensorial (color, olor, sabor, apariencia), pero no implica un riesgo sanitario. El poner fecha de caducidad a un producto con una acidez como la del yogur no es imprescindible», señala a ABC María Dolores Selgas, directora del departamento de Nutrición , Bromatología y Tecnología de los Alimentos de la Universidad Complutense de Madrid.
Pero el yogur no es el único alimento que no caduca. Las magdalenas, las galletas, la pasta, la miel o los derivados de cereales son alimentos que tienen fecha de consumo preferente, por lo que no implica un riesgo para la salud consumirlos después. «Nunca hay que tirar a la basura un alimento con fecha de consumo preferente», asegura el doctor Carrascosa.
Otros productos que no caducan son las legumbres, el vino, el jamón curado, las bebidas con una graduación superior a un 10%, la cerveza, los productos de panadería o confitería sin cremas, los vinagres, la sal de cocina, los azúcares en estado sólido, las gomas de mascar y algunas conservas, enumera el científico del CSIC, que desmonta otro mito: «Los huevos tampoco caducan». «No hay por qué desecharlos después de la fecha de consumo preferente. La cáscara es impenetrable para los microbios. Si se comen fritos o cocidos, se mata cualquier riesgo y en mayonesa basta con añadir unas gotas de limón y sumergir previamente el huevo en agua con unas gotitas de lejía para aumentar la seguridad. Si está rota sí hay que tirarlo porque puede haber caído algún microbio» advierte.
Aunque no existe un límite fijado para tomar un producto después de su fecha de consumo preferente, los expertos llaman al sentido común. Mirar, oler y catar. Si hay algún sabor o aroma desagradable, no hay por qué comerlo. «Un embutido se te puede enranciar y lo dejas de consumir por rancio, pero no porque suponga un riesgo para la salud», señala Selgas. En el caso de los yogures, lo que ocurre con frecuencia es que su sabor es más ácido de lo normal.
Respetar siempre la fecha de caducidad
Pero con los productos que incluyen fecha de caducidad sí hay que tener mucho cuidado. «Si hay algo peor que tirar un alimento caducado a la basura es comérselo. La fecha de caducidad es como el «stop» en la carretera. Decir que son una tontería es tremendamente peligroso», advierte el doctor Carrascosa, que aconseja racionalizar las compras para no adquirir más productos de los que uno sea capaz de ingerir en un tiempo razonable y someter los alimentos a «reciclado doméstico» (cocción, fritura o plancha y después congelarlo) para evitar que se pasen de fecha.
La decisión del Gobierno sobre el yogur se enmarca dentro de una estrategia nacional a tres años denominada «Más alimento, menos desperdicio» que tiene por objetivo evitar el despilfarro. No es el único producto sobre el que se va a actuar. El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, ya adelantó que se trabajará en colaboración con los agentes de la cadena, «para identificar aquellas normas que pudieran representar una traba en la reducción, reutilización o valoración de los alimentos desechados, en particular en cuanto a los estándares de calidad referidos al aspecto exterior».
Desde la OCU aseguran que, ahora mismo, muchas fechas de caducidad se establecen «sin criterios objetivos». «Se fijan con criterios comerciales. Muchos fabricantes incluso se curan en salud y el producto aguantaría más. Lo que realmente necesitamos es una revisión integral del modo de fijación, no casos individuales como el yogur», explica a ABC la portavoz de la organización de consumidores, Ileana Izverniceanu.
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http://www.abc.es/sociedad/20130405/abci-yogur-huevo-alimentos-nocaducan-201304041742.html