La lactosa es un hidrato de carbono, el único de origen animal y se clasifica como un disacárido, debido a que está formado por la unión de dos moléculas monosacáridos: glucosa y galactosa. La unión de estos se lleva a cabo con un enlace glucosídico.
Es en la luz intestinal donde se produce la hidrolisis de la lactosa. Para poder «romper» la molécula carbonatada, se necesita una enzima específica, la lactasa. Una vez hidrolizada la lactosa, se llevará a cabo su absorción.
Este disacárido es el principal azúcar presente en la leche de los animales mamíferos. Y aunque por natura
leza el ser humano es un mamífero y por lo tanto, debería poseer en su tracto intestinal niveles óptimos de lactasa, no siempre es así. Por lo que hay personas que padecen intolerancia a la lactosa.
La intolerancia a la lactosa sucede cuando la persona que presenta un déficit de lactosa sigue consumiendo leche y productos derivados.
CAUSAS
La situación de hipolactosémia puede ser provocado por las tres siguientes situaciones:
- Déficit primario congénito o alactasia congénita: la persona, desde su nacimiento, presenta ausencia total de lactosa.
- Déficit primario adquirido: con el paso del tiempo, va disminuyendo los niveles de lactosa hasta un 10-30%.
- Déficit secundario: debido a una extirpación intestinal, al hecho de no tomar lácteos o bien, a la utilización de nutrición parenteral.
SÍNTOMAS
Los síntomas que suelen provocar la intolerancia a la lactosa suelen ser diarrea y meteorismo (gases).
Cuando nuestra lactasa no ha podido hidrolizar correctamente y en suficiente cantidad la lactosa, esta sigue el recorrido intestinal provocando un efecto osmótico. Este efecto, provoca como una atracción del agua p
resente en la otra parte del intestino, provocando que pase a la luz intestinal y finalmente salga por el colon en forma de heces muy líquidas.
En el caso del meteorismo, la lactosa que no ha sido hidrolizada llega al intestino grueso, donde un gran nombre de bacterias colónicas fermentan al disacárido. Resultado de este proceso resulta la formación de ácidos grasos, dióxido de carbono e hidrógeno.
RECOMENDACIONES
Alimentos aconsejados por no tener lactosa:
Carne, pescado, huevos, cereales, pan sin leche, postres sin leche, galletas, arroz, pasta, bebidas de soja, frutas y verduras.
Alimentos a consumir con moderación y según grado tolerancia individual:
Queso curado, leche tratada con lactasa, alimentos derivados lacteos, sorbete, leche fermentada.
Alimentos a evitar :
Leche, helados, leche descremada, leche condensada, nata, quesoo para untar, leche en polvo y salsas con leche.
SUPLEMENTOS
En el caso de tratarse de una hipolactosémia muy severa se debería estudiar si la persona necesita suplementos de calcio. Ya que debido a la baja ingesta de lácteos (que son muy ricos en calcio) podría provocar un déficit y ocasionar los síntomas determinados de este mineral. Por lo que las personas mas vulnerables a padecer patologías relacionadas con el calcio son: niños, adolescentes, embarazadas, madres que den el pecho, mujeres postmenopáusicas y con riesgo a osteoporosis.
No se deberá suministrar ni recomendar suplementos de calcio a aquellas personas que presenten hipercalciuria, hipercalcemia o antecedentes de urolitiasis cálcica.
A pesar de que a una persona se le diagnostique intolerancia a la lactosa, este puede seguir tomando leche y productos lácteos a unas cantidades determinadas y que no le provoque ningún síntoma. Para iniciar su consumo se recomienda ingerir, progresivamente, pequeñas cantidades de estos alimentos para saber hasta que punto, su organismo es capaz de digerir correctamente la lactosa.
Este hecho es debido a que la hipolactosemia es secundaria, y como habíamos indicado anteriormente, en nuestra luz intestinal aún sigue habiendo un determinado nivel de lactosa funcional.