La anorexia y bulimia son los trastornos alimenticios más frecuentes entre los jóvenes , afectando mayormente a mujeres.
La anorexia y la bulimia ocupan una importante incidencia en la salud mental y física de la población de 14 a 25 años, y empieza a extenderse hacia menores de nueve años, quienes registran factores de riesgo encaminados a estas patologías mortales.
“El afán de tener una figura perfecta ha ocasionado un cambio de cultura entre la juventud colombiana, promovido por la influencia de la publicidad en los medios de comunicación que difunden la idea de que un cuerpo delgado e incluso cadavérico es sinónimo de inteligencia, belleza y talento. Expertos e investigadores en nutrición, medicina clínica, sicología y siquiatría señalaron que esos trastornos representan un grave problema de salud, ya que la anorexia afecta entre uno y 1,5 por ciento de la población y la bulimia de uno a tres por ciento”, explicó el sicólogo Mario Torres Múnera.
La anorexia y bulimia son los trastornos alimenticios más frecuentes entre los jóvenes y se prevé que el 1,5 por ciento de los ciudadanos padecen problemas relacionados con la anorexia nerviosa. Esa problemática, ha ido en aumento, asociada con los ‘looks’ que presentan a personas sumamente delgadas y creen las jovencitas que es la forma de verse mejor.
“El 90 por ciento de las personas que padecen anorexia son mujeres, y solo el 10% son hombres. Esta es una enfermedad de jóvenes y sus inicios se dan entre los 13 y 14 años, además de que se asocia de manera paulatina con otro tipo de problemas físicos y mentales. De los que la padecen fallece aproximadamente 10 por ciento por suicidio, debido a los problemas de autoestima que manifiestan; inanición y trastornos de equilibrio metabólico que les pueden provocar un paro cardiaco”, aseguró el especialista.
El fomento de una cultura de la delgadez promueve entre los pequeños de seis años la lipofobia (temor a la grasa) y una actitud negativa a la obesidad, pues no quisieran ser gordos porque entonces serían niños feos, tontos o flojos, y esa idea aumenta en la adolescencia.
“Otros factores de riesgo son la insatisfacción y distorsión de la imagen corporal, seguimiento de dietas restrictivas sin control y el deseo o preocupación de proyectar una figura ideal muy delgada, por lo que es necesario implementar programas preventivos desde la primaria, ya que este tipo de desórdenes son subdiagnosticadas, y se tratan cuando el mal está avanzado y no en sus fases iniciales”, aseveró Torres Múnera.
Esta problemática cada vez se presenta en edades más tempranas donde hay actividades que predisponen más a la anorexia y la bulimia como son el ballet clásico, la danza, algunos deportes como gimnasia o natación, donde a veces los mismos entrenadores exigen cierto peso.
“Son muy vulnerables las modelos, actrices y cantantes porque su profesión implica una imagen corporal, pero aclaro que estas enfermedades afectan a todos los estratos socioeconómicos, no son exclusivas de los ricos. Entre los principales síntomas en niñas anoréxicas es la extrema delgadez e irritabilidad, cambios radicales de conducta como el hecho de que se escondan para comer, hacen dietas muy estrictas que llegan a beber solo agua natural y a comer lechugas o zanahorias, y veces ni eso por lo que padecen anemia, desnutrición y deshidratación severa que las lleva a la muerte”, añadió el sicólogo.
Las anoréxicas también vomitan, aunque no siempre, eso les daña el esmalte de los dientes, reflejan un gran cansancio al grado que las llega a postrar en una cama y dejan de menstruar hasta por dos meses o más, lo que les ocasiona problemas de fertilidad.
El especialista concluyó que las jóvenes pueden recuperarse en una etapa inicial, pero para ello son necesarios tratamientos multidisciplinarios con diferentes especialidades.
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