Las medidas públicas nacionales y mundiales de salud, como programas integrales de reducción de sodio, podrían salvar millones de vidas.
Comer demasiada sal contribuyó a que se produjeran 2,3 millones de muertes por ataques al corazón, derrames cerebrales y otras patologías relacionadas con el corazón en todo el mundo en 2010, lo que representa el 15 por ciento de todas las muertes por estas causas, según una investigación presentada en las sesiones científicas de 2013 de la Asociación Americana del Corazón y publicada en ‘Circulation: Journal of the American Heart Association.
Los investigadores analizaron 247 encuestas sobre el consumo de sodio adulto, estratificados por edad, sexo, región y país entre 1990 y 2010 como parte del Estudio de la Carga Mundial de las enfermedades en 2010, una investigación internacional de colaboración de 488 científicos de 303 instituciones de 50 países de todo el mundo.
Después, se determinó cómo la cantidad de sodio que consume la gente estaba afectando a su riesgo de enfermedad cardiovascular, mediante la realización de un metaanálisis de 107 ensayos aleatorios que medían cómo la sal afecta a la presión arterial y un metaanálisis de cómo estas diferencias en la presión arterial se relacionan con el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular en comparación con el consumo de no más de 1.000 mg por día de sodio, que los investigadores definen como una cantidad óptima para los adultos.
La enfermedad cardiovascular incluye todas las enfermedades del corazón y los vasos sanguíneos, incluyendo accidentes cerebrovasculares. Casi 1 millón de estas muertes, el 40 por ciento del total, fueron prematuras (en personas de 69 años o menores), con un 60 por ciento de las muertes en hombres y un 40 por ciento en mujeres. Los ataques al corazón causaron el 42 por ciento de las muertes y los accidentes cerebrovasculares, 41 por ciento, mientras el resto fue como resultado de otras enfermedades cardiovasculares.
El 84 por ciento de estas muertes debidas al consumo excesivo de sodio se encontraban en los países de bajos y medianos ingresos, en lugar de países de altos ingresos. «Las medidas públicas nacionales y mundiales de salud, como programas integrales de reducción de sodio, podrían salvar millones de vidas», dijo Dariush Mozaffarian, autor principal del estudio, codirector del Programa de Epidemiología Cardiovascular y profesor asociado de Medicina y Epidemiología en el Hospital Brigham y de Mujeres y la Escuela Médica y la Escuela de Salud Pública de Harvard, todas en Estados Unidos.
Entre los 30 países más grandes del mundo, los que tienen las más altas tasas de mortalidad (por cada millón de adultos) debido a un exceso de sodio que consume son Ucrania (2.109), Rusia (1.803) y Egipto (836), frente a Qatar (73), Kenia (78) y Emiratos Árabes (134), que son los que menos. Estados Unidos ocupa el puesto 19 de los 30 países más grandes, con 429 muertes por cada millón de adultos debido a ingerir demasiada sal, lo que representa una de cada diez muertes en Estados Unidos por estas causas.
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