Alimentos funcionales

Comienzo mi colaboración con Cristina Sánchez y el Blog Dieta Saludable intentando aportar algo más de claridad a un tema que está en completo auge: los alimentos funcionales.

¿Qué son?

Su origen está en Japón, donde comienza la primera legislación al respecto con nueve categorías de productos en los años 80.

Pero actualmente no hay una definición aceptada internacionalmente para este tipo de alimentos, pero situándonos en España, tomamos la que Europa considera. La EFSA (European Food Safety Authority, es la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) considera que un alimento funcional es tal cuando se ha demostrado que afecta de forma beneficiosa a una o más funciones en el organismo, mejorando el estado de salud de la persona que los consume o disminuyendo el riesgo de padecer una enfermedad.

¿Cuándo la industria puede vender un alimento como funcional?

Para que una empresa de alimentación pueda vender un alimento alegando que reduce el riesgo de padecer una enfermedad o que va a mejorar el estado de nuestra salud si lo consumimos debe cumplir legalmente con las alegaciones de salud o Health Claims: Son las representaciones que haya en el producto y que sugieran al consumidor que hay una relación entre consumir ese producto y la salud.

¿Cuál es la normativa respecto a las Health Claims?

En Europa la sustancia incluida en el producto que vayamos a consumir debe tener una cantidad significativa (según la ley), debe estar disponible para que el cuerpo lo absorba y la cantidad del producto que se espera que el consumidor ingiera para que se produzca el efecto beneficioso en la salud, debe ser razonable. Todo ello debe ser demostrado científicamente.

En este link podemos encontrar información respecto a los aditivos alimentarios ya aprobados, los que están en proceso de estudio y diferentes documentos de información sobre las novedades en este sector a nivel Europeo.

 

Noelia Lavilla Jiménez

Ciencia y Tecnología de los Alimentos. Máster i+D+i Alimentación

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