La fritura es una técnica culinaria sencilla que con el paso de los años se usa con mayor frecuencia debido al escaso tiempo de preparación de alimentos. Al ser tan rápida y sencilla hace que sean la fritura, un comodín para poder cocinar y acabar rápidamente.
A nivel nutricional, las comidas fritas son potentes bombas caloricas y la cocción, la primera técnica culinaria que debemos evitar cuando nuestro objetivo es bajar de peso. Pero, ¿porque engordan tanto?
Cuando queremos freír alimentos ricos en agua, como por ejemplo; verduras, hortalizas, frutas o tubérculos crudos. Al sumergir estos alimentos en el aceite caliente, experimentan la evaporación del agua de su interior. Provocando que los espacios anteriormente ocupados por agua, se llenen del aceite con el que se está cocinando.
Así pues, una simple patata puede llegar aumentar hasta 4 veces su aporte energético. Debido a la sustitución del agua por aceite.
Y ¿que sucede cuando freímos carne?
En este caso hablamos de alimentos con menor proporción de agua, pero aun así contienen un porcentaje elevado (entre 65 -78 gramos de agua por cada 100 gramos). Pero también contienen grasas saturadas, unas grasas que a temperatura ambiente son solidas.
Si el aceite para freír está a una temperatura alta, cuando sumergimos la carne en el aceite se sella la carne creando una costra. De esta manera, se minimiza la perdida de agua.
Pero poco a poco, la grasa saturada que inicialmente era sólida, se va transformando en líquida por la alta temperatura y de nuevo como sucedía anteriormente, los espacios vacíos se llenan de aceite.
En este caso, hay un remplazo de grasas saturadas, por grasas poliinsaturadas (como es el aceite de oliva), pero aun así, el numero de calorías de la carne ha aumentado dramáticamente.
Cristina Sánchez Reyes
Dietista – Nutricionista