Tener demasiadas grasas de determinada, o en una mala proporción, puede dañar el desarrollo embrionario.
Diversos estudios estadísticos han señalado que la obesidad de la madre puede dificultar su capacidad de tener hijos o afectar negativamente al desarrollo del feto. Ahora, un equipo internacional de investigadores, en el que participa un grupo español, ha identificado en un trabajo con vacas una posible causa de estos problemas, que se debe a la acción tóxica de los ácidos grasos sobre el óvulo.
En las mujeres con sobrepeso o diabetes de tipo 2, es habitual tener altos niveles de ácidos grasos. Los investigadores han visto que, en vacas expuestas a esta misma condición, los óvulos presentan importantes alteraciones que dificultan la viabilidad del embrión. El daño, según estos resultados, se produce en las células reproductoras antes de la ovulación, pero puede manifestarse después de la fecundación y arruinar la viabilidad del embrión durante los primeros días.
Los investigadores, procedentes de Amberes (Bélgica), Hull (Reino Unido) y Madrid, observaron el estado de los embriones vacunos a los ocho días de su fecundación, cuando alcanzan el estado de blastocitos, y comprobaron que aquellos que procedían de óvulos expuestos a exceso de grasa presentaban unas condiciones muy deterioradas que amenazaban su viabilidad.
«Cuando los óvulos son expuestos a altos niveles de ácidos grasos, los embriones resultantes muestran una aceleración en el metabolismo de aminoácidos y un consumo alterado de oxígeno, glucosa y lactato. Todo ello indica una deficiente regulación del metabolismo y reducción de la viabilidad», detalla el doctor Roger Sturmey, investigador de la Universidad de Hull y uno de los autores dl estudio. «La mayoría de los embriones viables, los que tienen más probabilidades de resultar en un embarazo exitoso, poseen un metabolismo menos activo, especialmente en relación con los aminoácidos«, añade.
Los expertos ya conocían el impacto de los ácidos grasos sobre la formación de óvulos, pero esta es la primera vez, según los autores del estudio, que se ha mostrado su efecto perjudicial sobre el embrión, días después de que se haya producido la fecundación y, como mínimo, hasta el estado de blastocito. La presente investigación, sin embargo, no permite confirmar que los daños se prolonguen durante la gestación del feto. «Esperamos continuar nuestro estudio para aprender más sobre posibles efectos posteriores», admite Sturmey a ELMUNDO.es.
«La obesidad y el sobrepeso son problemas en aumento y su potencial impacto sobre la fertilidad y la obesidad requieren mucha más investigación«, señala Sturmey. En cualquier caso, lo que está claro a estas alturas es que es importante que la madre mantenga un peso saludable antes de intentar tener un hijo. No toda la grasa es mala, concede este experto: «Es una fuente de energía y desempeña muchos papeles en una biología normal«. Pero tener demasiadas grasas de determinada, o en una mala proporción, puede dañar el desarrollo embrionario, según ha mostrado este estudio.
Los investigadores consideran que la vaca es «un modelo muy útil para entender ciertos aspectos de la reproducción humana«, ya que presenta importantes similitudes con ésta, sobre todo en sus fases tempranas. Por ejemplo, tardan lo mismo en alcanzar la fase de blastocito. Además, las concentraciones de grasa en los ovarios también son similares, por lo que es de esperar que sus efectos sobre la formación de los óvulos y, posteriormente, la gestación del embrión, serán también comparables.
Por parte de España, han participado en el estudio científicos del Departamento de Reproducción Animal y Conservación de Recursos Zoogenéticos del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA). El equipo internacional está en la actualidad buscando financiación para profundizar en los resultados de su estudio, publicado en la revista ‘PLoS One’.
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http://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/08/18/mujer/1313692953.html