Después de 5 años de estudio con un seguimiento aproximado de 7.500 pacientes se han publicado los resultados de un estudio llevado a cabo por la U.R.V.
Según indican los resultados, realizar un patrón alimenticio como es la dieta mediterránea con un consumo rico en grasas procedentes del aceite de oliva y diversos frutos secos, se asocia a una mayor pérdida de peso y reducción de grasa abdominal, en comparación con una alimentación mediterránea pero baja en grasas. Por lo que nos ayuda a reducir el riesgo cardiovascular.
Por ello, el aceite de oliva y los frutos secos forman parte de una dieta saludable y equilibrada.
Es muy importante remarcar que el consumo alto de grasas hace referencia al consumo de alimentos como frutos secos y aceite de oliva, exclusivamente pero con una determinada cantidad. No por consumir más de estos alimentos, vamos a tener una mayor perdida de peso.
La aportación de aceite de oliva y frutos secos va en función a las necesidades energéticas de cada persona. Pero podríamos decir que de media, deberíamos consumir de 3-5 cucharadas soperas de aceite de oliva al día y unos 30 gramos de frutos secos.
Cristina Sánchez Reyes
Dietista – Nutricionista