El 70,3% de las familias catalanas que recibe ayuda de la Cruz Roja no puede garantizar una alimentación saludable para sus hijos en sus hogares.
Además, cuatro de cada diez familias vulnerables necesitan una beca comedor y no pueden copagarla, por lo que muchas veces se ven obligadas a rechazar ayudas públicas que cubren el 50% de las cuotas al no poder sufragar la otra mitad.
Lo ha revelado en rueda de prensa el presidente de Cruz Roja de Catalunya, Josep Marques, a la luz del IV estudio del ‘Observatorio de Vulnerabilidad’ que realiza la entidad para saber el impacto de la crisis en la infancia y el entorno escolar, en el que se ha entrevistado a una muestra de 737 familias usuarias de la entidad humanitaria.
Además de dificultades alimentarias, los pequeños en riesgo de exclusión tampoco pueden acceder a actividades de ocio ni tener el material escolar que necesitan: «El hecho de que los niños no puedan llevar al aula el libro o el lápiz que se les pide y que sí lleva su compañero de pupitre afecta mucho a su dignidad y a su futuro», ha sentenciado Marquès.
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