Según un estudio del Consejo Superior de Deportes, los deportistas que incluyen la carne de conejo en su alimentación consumen una menor cantidad de calorías y de grasas y una mayor cantidad de vitamina B12.
Los deportistas que consumen carne de conejo muestran una tendencia a peder masa grasa y ganar masa magra, según evidencia el estudio ‘Efectos del consumo de carne de conejo sobre la composición de la dieta, los parámetros antropométricos y el perfil inflamatorio en deportistas de alto rendimiento’, cuyos resultados ha presentado la Dra. Nieves Palacios, jefa del Servicio de Medicina, Endocrinología y Nutrición del Centro de Medicina del Deporte, del Consejo Superior de Deportes.
Según el análisis de los datos de la ingesta dietética de los deportistas que participaron en el estudio, se ha observado que los que han incluido carne de conejo en su alimentación han consumido una menor cantidad de calorías y de grasas y una mayor cantidad de vitamina B12.
En este sentido, el estudio ha constatado que la ingesta de vitamina B12 fue mayor en el grupo que consumió carne de conejo (21,58 vs 5,42 µg), tanto en hombres como en mujeres en todas las disciplinas deportivas. “La vitamina B12 está implicada en la producción e glóbulos rojos, en la síntesis proteica y en la recuperación y mantenimiento de los tejidos. Y por tanto es fundamental en deportistas para hacer frente al desgaste producido por el ejercicio”, tal y como ha explicado la Dra. Palacios.
Como conclusión del estudio se puede afirmar que la inclusión de carne de conejo en la dieta del deportista es una buena alternativa por su adecuado perfil nutricional y su riqueza en vitamina B12 y proteínas de gran calidad.
Metodología del estudio
En total participaron 45 deportistas de 4 disciplinas diferentes: hockey hierba, golf, piragüismo y gimnasia deportiva todos ellos residentes en la Residencia Joaquín Blume, del Consejo Superior de Deportes. Se les dividió en dos grupo; el grupo I que incluyó a 25 deportistas que sí consumieron carne de conejo y el grupo II en el que se incluyó a 20 deportistas que no comieron carne de conejo.
Este trabajo ha tenido como objetivo conocer la influencia que el consumo de carne de conejo de granja puede tener en una población de deportistas de alto rendimiento sobre el perfil nutricional de su dieta habitual, su composición corporal y ciertos parámetros sanguíneos con el fin de comprobar si ejerce una acción positiva en el estado de salud de un organismo sometido a entrenamientos muy intensos.
Los 25 deportistas del grupo I consumieron carne de conejo durante 12 semanas 3 veces por semana como segundo plato. Por el contrario, el grupo control no consumieron carne de conejo durante estos díasLa media de entrenamiento fue la misma en los dos grupos: 20 horas semanales.
Al inicio y al final del estudio se realizó un análisis hematológico, incluyendo parámetros bioquímicos generales y otros de interés en las personas que realizan ejercicio físico de alto nivel, tales como, la proteína C reactiva, fosfolípidos, sustancias antioxidantes totales, glicerol, ácidos grasos no esterificados y Beta-hidroxibutirato. Asimismo, se realizó una densitometría de cuerpo entero para el estudio de la composición corporal y se valoró la composición nutricional de la dieta en tres ocasiones.
La realización de intervenciones de este tipo suponen un beneficio para los deportistas ya que les conciencia de la importancia de una buena alimentación para rendir mejor (entrenamiento invisible) y les ayuda a controlar la masa grasa corporal. En los deportistas que entrenan de forma intensa muchas horas al día durante años, la alimentación juega un papel esencial. Desde el punto de vista gastronómico, la introducción de carne de conejo en su dieta habitual tuvo una magnífica aceptación y contribuyó a variar el menú cotidiano.
Por otro lado, debido a que los deportistas pueden tener un aumento de la formación de radicales libres y productos de inflamación en general, la determinación de ciertos parámetros en sangre con el fin de conocer si sus niveles están alterados, resulta de gran beneficio para iniciar medidas que eviten riesgos futuros; en este sentido una alimentación adecuada juega un papel fundamental.
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