Los adolescentes que consumían comida basura tres veces por semana tienen un 39% más de posibilidades de contraer asma severa.
Consumir hamburguesas, pizzas, bocadillos o kebabs tres veces por semana durante la infancia puede estar relacionado con desarrollar enfermedades como el asma, la rinoconjuntivitis y el ezcema en los niños y adolescentes. Esta es la conclusión a la que ha llegado un estudio del Instituto Internacional del asma y las alergias en la niñez, en Nueva Zelanda. De acuerdo con el informe, las elevadas grasas saturadas de este tipo de alimentos afecta al sistema de defensa de los pequeños.
Los investigadores analizaron las dietas de unos 181.000 jóvenes de entre seis y siete años de edad, y las de 319.000 de entre 13 y 14. Los datos fueron obtenidos de más de 50 países tanto desarrollados como subdesarrollados. Y los resultados fueron contundentes: los adolescentes que consumían comida basura tres veces por semana tienen un 39% más de posibilidades de contraer asma severa. Los más jóvenes tiene un 27% más de riesgo.
Por el contrario, ingerir tres porciones semanales de frutas y verduras puede reducir en un 14% este riesgo en los más jóvenes y un 11% en los adolescentes. «La evidencia sugiere que las vitaminas y los antioxidantes de las frutas y las verduras tiene un efecto positivo en la prevención del asma», dice Malayka Rahman, la organización Asthma en Reino Unido, que se dedica al estudio de esta enfermedad.
El estudio no prueba, sin embargo, que comer comida rápida sea la causa de este tipo de enfermedades. De acuerdo con los autores del estudio, la alimentación fue la única variable que mostró tener una relación con estos desórdenes y, por ello, los resultados sugieren que llevar este tipo de dieta pueda ocasionar ataques de asma o un brote de ezcema. «Si las asociaciones entre la comida rápida y los síntomas del asma, de la rinoconjuntivitis o el ezcema son casuales, entonces los hallazgos tienen una relevancia para la salud pública mucho mayor y a nivel mundial», dicen los profesores Innes Asher y Hywel Williams, autores del informe.
Asimismo, el estudio señala que en algunos casos, consumir ciertos alimentos como leche de vaca, huevos, pescado, nueces o algunos colorantes puede empeorar los síntomas.
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