Una dieta hipocalórica y monótona va a crear en el organismo una sensación constante de falta de energía, lo que llevará a almacenar reservas en cuanto la dieta vuelva a una cierta normalidad.
La notica de la expulsión del doctor Pierre Dukan, autor de la famosa dieta Dukan, del colegio de médicos francés ha vuelto a poner sobre la mesa las muchas falsedades que se esconden detrás del negocio de las dietas adelgazantes.
Son en muchos casos dietas milagro para personas desesperadas que necesitan creer. Sobre las dietas que se basan en la promesa de adelgazar bastante y de forma rápida, desde la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) recuerdan que todas ellas tienen un denominador común: el efecto rebote, o, dicho de otra manera, el efecto yo-yo.
Una dieta hipocalórica nos puede hacer bajar de peso pero hará que después aumente. En palabras del presidente de la SEEN, Javier Salvador, «una dieta hipocalórica y monótona va a crear en el organismo una sensación constante de falta de energía, lo que llevará a almacenar reservas en cuanto la dieta vuelva a una cierta normalidad.
En una o dos semanas nos pueden hacer bajar mucho de peso pero no lograrán mantenerlo en el tiempo e incluso harán que después aumente. Además, nos habrán creado ciertas deficiencias que pueden desembocar en algunas enfermedades». En este sentido, todas estas dietas inducen déficits nutricionales severos, pérdida de agua y de masa muscular que pueden tener consecuencias negativas importantes a corto y largo plazo sobre la salud física y mental, concluyen los expertos.
¿Cómo saber si estamos ante una dieta tramposa y finalmente insana?
Los expertos de la clínica Smartsalus han resumido en cinco los errores básicos de las personas que deciden adelgazar a cualquier precio:
Saltarse comidas.
Sobre todo sucede con el desayuno, la comida principal del día con la que se inicia la actividad diaria. Este ‘ahorro’ en la ingestión de calorías no contribuye a la pérdida de peso sino que puede perjudicar a la salud e incluso tener efecto rebote y promover el aumento de peso. Lo mejor es repartir pequeñas cantidades de comida a lo largo del día y regular los niveles de hambre para que el metabolismo realice bien su trabajo y se quemen más calorías.
Alimentarse sólo con un tipo de alimentos.
Todos hemos oído hablar de dietas que se basan en un solo alimento, aunque por lo general se acompañan con algún tipo de suplemento en forma de cápsulas. Suelen ser dietas para ‘desintoxicar’ el organismo pero que parecen dejar a un lado los efectos sobre la salud. Una dieta saludable, se utilice o no para perder peso, debe promover el aporte nutritivo necesario para el óptimo funcionamiento de nuestro cuerpo a través de los diferentes tipos de alimentos.
Excederse con el ejercicio
Una dieta para adelgazar no dará los resultados esperados si no se acompaña de un aumento en la actividad física diaria. Esto puede ser utilizar la bicicleta para pasear, caminar hasta el trabajo o volver a retomar el gimnasio. Todo ello, eso sí, sin forzar al organismo y no pretender realizar de golpe todo el ejercicio no realizado en los últimos meses.
Pecar de impaciente.
Otro de los errores más comunes es pretender bajar de peso de forma rápida y en poco tiempo, algo que además también puede socavar el estado físico. Las dietas que permiten bajar de peso de forma paulatina ayudan además a que sea más fácil seguir con hábitos de alimentación saludables tras la pérdida de los kilos sobrantes.
Buscar la ‘dieta milagro’ en Internet.
En la red proliferan las informaciones sobre dietas milagrosas que pueden ser muy perjudiciales para la salud.
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