Para poder realizar una dieta personalizada, se debe hacer una recogida de datos para saber las condiciones y factores determinantes que tiene cada paciente.
Por ello, se realiza una primera visita de una duración de 60 minutos, en la que se recoge información, sobre sus gustos, preferencias, cocciones habituales y se valora su alimentación. Durante esta visita, se realiza un control antropométrico (% de grasa en extemidades, % agua, % musculatura global y por extremidades , grasa visceraal, etc.) y se analiza y siempre se explica la situación de cada paciente.
Cada persona tiene unas necesidades diferentes, por lo que se debe adaptar la dieta al máximo. Un cambio en el estilo de vida, tanto a nivel alimenticio como físico, debe ser modificado progresivamente.
Una dieta personalizada no es simplemente bajar de peso o aumento de tal, sino que es una re-educación alimentaria que conlleva a una alimentación más saludable y por lo tanto, un mejor estado de salud.
Cristina Sánchez Reyes