La cifra resulta de la suma del agua empleada en producir alimentos y objetos. Además, el consumo de un español es el triple del de un ciudadano chino medio.
Cada español provoca, directa o indirectamente, un consumo medio de más de 6.000 litros de agua al día. Es lo que afirma el científico británico John Anthony Allan, creador de la teoría del “agua virtual”, que contabiliza el agua empleada en la fabricación de alimentos y productos utilizados por cada persona.
Allan, profesor del King’s College de Londres y ganador en el 2008 del Stockholm Water Prize (que se considera como el Premio Nobel del agua), señala que el ritmo de consumo de una sociedad como la española supone el triple respecto a un ciudadano chino.
El científico explica que el agua que empleamos para beber o lavarnos solo supone el 10% del total. Como ejemplo, sostiene que para producir un kilo de carne de ternera hacen falta 15.000 litros de agua. Contabilizando el agua invertida en producir lo que come el animal, en mantenerlo, en manufacturar el producto y en que llegue a nuestras manos.
De la misma manera, un kilo de arroz supone más de 3.000 litros, una hamburguesa 2.400 litros, 500 gramos de queso 2.500 litros. En el caso de bienes de consumo, unos vaqueros requieren más de 10.000 litros de agua en su fabricación y una camiseta de algodón más de 3.000 litros.
Impacto del consumismo
«Las sociedades consumen a un ritmo desenfrenado sin valorar la enorme cantidad de agua que eso supone, sobre todo, sin tener en cuenta lo que el agua significa para el medio ambiente”. Para Allan, “la huella de agua de cada ciudadano de occidente es inmensa».
Sobre el papel de los gobiernos, el científico británico, de 74 años, asegura que «el control de la gestión del agua no está en manos de los políticos sino de las grandes empresas privadas como Coca Cola o Nestlé«.
Allan atribuye el 90% del consumo a los agricultores. «Se creen los dueños del agua y consideran que deben usar toda la que quieran de ríos y acuíferos y, además, gratis. Y de eso hay buen ejemplo en España», apunta.
España no necesita trasvases
En el caso de España, Allan defiende que “posee agua de sobra” y por tanto no necesita trasvases, porque “el agua trasvasada ya no vuelve”. En cambio, es necesaria “una gestión mucho más eficiente”.
El científico cree que serán las nuevas generaciones, más conscientes de los problemas de agua del planeta (humedales que desaparecen, ríos que desembocan sin agua, mares que se secan) las que «dejarán de sobreexplotar los recursos hídricos».
«Sólo los ciudadanos y las sociedades pueden cambiar este sistema», incide el científico. Y para empezar a hacerlo da algunas claves, como reducir el consumo, especialmente de alimentos porque no nos comemos el 30% de lo que compramos. También comer mucha menos carne y en cambio más verdura y legumbres«.
Enlace de la notícia: