La demonización de los transgénicos

Veneno para tus hijos, el veneno en la mesa, veneno a largo plazo, alimentos pinchados con jeringuillas, banderas piratas… son algunos de los títulos e imágenes que acompañan a los transgénicos. Pero, ¿Realmente se le puede llamar veneno? ¿Sabemos lo que realmente es un Organismo Modificado Genéticamente?…

Dejando a un lado los posibles intereses económicos, repercusiones sociales, patentes y demás… ¿Se merecen tanta demonización por parte de los consumidores?

Tema controvertido donde los haya, solo unos pequeños apuntes desde mi más humilde opinión.

¿Qué es un OMG (Organismo Modificado Genéticamente)?

Según el artículo 2 de la Ley 9/2003 relativa a los OMG, un OMG es cualquier organismo, con excepción de los seres humanos, cuyo material genético ha sido modificado de una manera que no se produce de forma natural en el apareamiento o en la recombinación natural, siempre que se utilicen las técnicas que reglamentariamente se establezcan.

Es decir, todo aquel organismo que ha sido recombinado gracias a la mano del hombre, mediante técnicas modernas de biotecnología o de ingeniería genética con el objetivo de modificar un gen para alcanzar un determinado fin, excluyendo todos aquellos organismos propios de la naturaleza.

¿Qué se consigue? La formación de nuevas sustancias, inhibición de la síntesis de aquellas que no interesan, la activación o inactivación de enzimas…

Podría poner varios ejemplos, de hecho, recientemente la Comisión Europea adoptó diez nuevas autorizaciones al respecto, pero simplemente mencionaré los tomates que aguantan frescos durante más de 30 días después de su recolección gracias a la supresión de enzimas que promueven su maduración (Obra de científicos del Instituto Nacional de Investigación Genómica Vegetal de Nueva Delhi).

Un momento, ¿Qué he dicho antes?¿Qué la naturaleza tiene OMG?

Exactamente, aunque no podemos llamarlos OMG como establece la definición, porque no ha sido obra del hombre, sino que estaríamos ante una evolución genética.

Un descubrimiento reciente de ello, la batata.

Científicos de la Universidad de Gante (Bélgica) y el International Potato Center (Instituto Internacional de la Patata), detectaron en el genoma de la batata, secuencias de ADN procedentes de la bacteria Agrobacterium. Tras diferentes métodos de investigación,  llegan a la conclusión de que el hecho en sí no se trata de una contaminación genética, sino que el ADN de Agrobacterium es parte del genoma de la batata y está activo.

Curioso ¿Verdad?, pero sigamos hablando de la mano del hombre…

Evolución de la cual el hombre se ha beneficiado a lo largo de los años.

Sabemos a ciencia cierta que el material genético de cualquier organismo no es constante, sino que puede sufrir, y sufre, modificaciones a través de las generaciones, dando lugar a la evolución genética.

Desde hace años, el hombre ha aprovechado la idea para llevar a cabo procesos de cruce y selección genética para obtener variedades vegetales, genéticamente mejoradas, que realmente le convenían, ya fueran las más adaptadas al entorno, las que daban mejores variedades, las de mayor rendimiento… 

Experimentos a diestro y siniestro de ensayo y error, experimentos considerados como “naturales”,  pero cuyo resultado es un alimento con cambios en el material genético.

¿Sabíais que el trigo surge de la hibridación de tres especies diferentes? Genes de nada más ni nada menos que tres especies. De hecho, a estos organismos se les llama técnicamente “paleotransgénicos”. Y… ¿Sabíais que antes los tomates eran de color amarillo? De ahí que en Italia se les llame “pomodoro”…

¿A dónde quiero llegar con todo esto? A que ahora se consigue el mismo resultado de una forma más precisa y dirigida, pero claro, de una forma “menos natural”, gracias a que la ciencia avanza y tenemos a nuestra disposición la biotecnología.

¿Voy a mutar si como OMG?

¿Por qué ese miedo hacia los OMG? ¡Y a los alimentos en general!… ¿Serán lo suficientemente “naturales”? ¿Será ecológico?¿Será procesado? ¿Tendrá aditivos?… ¿De verdad que somos tan influenciables por el marketing de la industria alimentaria y de los medios de comunicación?

Vuelvo al tema en cuestión, que sino me lio…

Hasta ahora mi objetivo ha sido intentar que aquellas personas reacias a los OGM los vean desde otro punto de vista… Ahora mi idea es tranquilizar a aquellas personas que se hacen preguntas como la anterior.

Existen miles y miles de comentarios acerca de los OMG y la salud del consumidor. Solo diré una palabra al respecto: elucubraciones.

La realidad, más de 18 años trabajando con OMG en el campo y hasta la fecha, no ha habido ninguna intoxicación, ninguna contaminación, ningún “envenenamiento”… solo hipótesis.

Si la agricultura en general fuera tan segura, no aparecerían problemas como por ejemplo la intoxicación alimentaria que hubo en Alemania a causa de un brote de E.coli, culpabilizando injustamente al pepino español. O si hablamos de la agricultura ecológica, la gran cantidad de arsénico que se encontró en el sirope de arroz ecológico… Etc Etc.

Información pública

Hay personas que creen que esto de los OMG es una trama enigmática, escondida y llena de secretismo, ante la que el consumidor se encuentra desprotegido.

Dos cosas al respecto:

La primera, la autorización de un OMG en el mercado europeo está estrictamente regulada y sujeta a una evaluación exhaustiva de seguridad alimentaria. Solo aquello que es considerado como seguro, es autorizado.

La segunda, toda la información respecto a los OMG autorizados, el alcance de su autorización, los estudios al respecto, legislación, y todo aquello relacionado con ellos, puede consultarse abiertamente en la página de la Comisión Europea, en el apartado dedicado a ello: http://ec.europa.eu/food/dyna/gm_register/index_en.cfm

Y dicho todo esto, vuelvo a preguntar… ¿Realmente merecen tanta demonización por parte del consumidor?

Inés Alonso Marco

Licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos

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