Conclusiones de un estudio que analiza los efectos del yogur probiótico

Un yogur para facilitar la digestión con ayuda de bacterias «buenas» no ayudaría demasiado a los niños con constipación crónica.

El estudio, sobre 159 niños con constipación constante, analizó si un yogur llamado Activia podría ayudarlos a «regularizarse«.

Los yogures Activia y otros productos lácteos contienen una cepa de bacterias buenas, o probióticos, llamados Bifidobacterium lactis, que regulan el funcionamiento del sistema digestivo. Algunos estudios habían hallado en adultos que alivian la constipación crónica.

Pero en el nuevo estudio, los autores observaron que el yogur con probióticos no dio mejor resultado que un producto lácteo sin probióticos para aliviar la constipación de los niños.

En tres semanas, los niños que al azar habían tomado a diario el yogur con probióticos comenzaron a mover mejor los intestinos, igual que el grupo de control.

En ambos grupos, los chicos pasaron de tener alrededor de menos de dos movimientos intestinales por semana a tener cuatro por semana. Se desconoce si ambos grupos mejoraron por igual.

Pero, según los resultados, los probióticos no pueden recomendarse para tratar la constipación infantil, indicó la autora principal, doctora Merit M. Tabbers.

Es posible que, a pesar de eso, algunos padres quieran probar este y otros productos probióticos, comentó Tabbers, gastroenteróloga pediátrica del Hospital de Niños Emma, en Amsterdam, Holanda. Y también es posible que, según los autores, los probióticos ayuden a algunos niños.

Por ahora, indicó Tabbers, «no hay pruebas suficientes que respalden una recomendación general sobre el uso de los probióticos en el tratamiento de la constipación infantil«.

El estudio, publicado en la revista Pediatrics, se realizó con fondos de Danone, de París, que produce Activia. Dos coautores trabajan en la empresa, que en Estados Unidos se llama Danonne.

Los resultados surgen de 159 niños de alrededor de 7 años y que habían tenido constipación durante por lo menos dos meses. Al azar, se les indicaron dos porciones diarias de yogur con probióticos o sin probióticos durante tres semanas. Al final, ambos grupos mejoraron por igual.

Según Tabbers, al grupo de control le fue mejor de lo esperado. Una explicación sería la atención general que habrían recibido los niños de ambos grupos. Por ejemplo: a todos los niños se les pidió que trataran de ir al baño después de cada comida.

Si los padres quieren utilizar probióticos, Tabbers aconsejó que si no observan una mejoría en pocas semanas, deberían seguir adelante.

Una teoría de por qué los probióticos mejorarían la constipación es porque restablecerían el equilibrio natural perdido en las bacterias intestinales.

Aun así, la autora señaló que se desconoce si las bacterias intestinales de niños sanos son distintas a la flora de los niños con constipación. «Por lo tanto, los próximos estudios deberían comparar la microbiota en niños sanos y constipados», finalizó Tabbers.

Enlace de la notícia:

http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_112503.html

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