La lactancia materna no es tan solo una manera de poder alimentar a tu bebé, sino que ofrece la posibilidad de que haya un vínculo especial entre una madre y su pequeño.

La lactancia materna ha sido siempre el único medio de alimentación a un neonato, pero con el paso del tiempo y la aparición de leches artificiales,  cada vez son menos las madres que deciden prolongar la lactancia exclusiva.

A pesar de que muchos órganos asociaciones, como la OMS (Organización Mundial de la Salud), SENC (Sociedad Española de  Nutrición Comunitaria) o la AAP (American Academy of Pediatrics) aconsejan una lactancia exclusiva superior a los 6 meses, la realidad es muy distinta. Ya que la media del período de lactancia exclusiva en España se sitúa en los 3,8 meses.

Necesidades de la madre

La producción de leche varía según la demanda del bebe. De media, se suele producir unos 750 ml de leche al día.

Para poder producir tal cantidad, se recomienda una suplementación calórica de 500 calorías diarias durante los 6 primeros meses de lactancia. Esta suplementación disminuye a 400 calorías diarias, durante el séptimo y noveno mes de lactancia.

Es muy importante que durante la etapa de lactancia, la madre no consuma cafeína, fármacos o bebidas alcohólicas, ya que se ha demostrado científicamente, que los componentes químicos pasan a la leche. Por lo que puede provocar importantes efectos en el lactante.

Metamorfosis de la leche materna

La composición de este flujo biológico se modifica según van pasando las semanas.

En las primeras succiones, el lactante es alimentado mediante el calostro. El cual tiene una elevada concentración de anticuerpos y enzimas que enriquecen potencialmente el Sistema Inmunológico del bebé.

Seguidamente, aparece la leche de transición. Esta leche se produce durante la primera y cuarta semana, hasta que finalmente se produce una leche completa, llamada leche madura.

La leche madura está compuesta por hidratos de carbono (sobretodo lactosa que estimula la absorción del calcio), proteínas y grasas, el cual es el principal nutriente.

Beneficios para el lactante.

Son muchos los estudios que investigan los beneficios de este poderoso alimento, y algunos de estos beneficios demostrados científicamente son:

• Una mayor protección inmunológica
• Una menor sensibilidad alérgica
• Una mayor desarrollo emocional e intelectual
• Un menor riesgo de padecer enfermedades como: diabetes, enfermedad de Crohn, obesidad y/o enfermedades cardiovasculares
• Un menor riesgo de muerte súbita.

Algunos  pequeños inconvenientes

A pesar de todas las ventajas que posee la lactancia materna, también se debe indicar que hay pequeños inconvenientes que pueden afectar mayoritariamente a la madre. Como son:

• dolor en los pezones sobre todo durante los primeros días de succión.
• grietas alrededor de los pezones
• ingurgitación mamaria, lo que quiere decir, subidas de leche en exceso
• conductos obstruidos

A pesar de estos inconvenientes, la lactancia materna ofrece un sinfín de beneficios para el pequeño y también para la madre. Ya que las mujeres que dan le pecho a sus pequeños, recuperan más rápido y mejor su figura. Y según estudios de la SENC, pasados 6 meses de la lactancia se recupera el peso habitual.